

Pensar divergentemente (en contraposición a utilizar pensamiento convergente) implica disparar nuestros esfuerzos mentales en diferentes direcciones y evitar concentrarlos en una única meta.
Pensar divergentemente (en contraposición a utilizar pensamiento convergente) implica disparar nuestros esfuerzos mentales en diferentes direcciones y evitar concentrarlos en una única meta, para ello utilizaremos una técnica que se llama “relaciones forzadas”.
Seguramente te ha sucedido que una palabra, un sonido o una imagen te ha llevado a generar una idea, a prender una chispa interna que te da la sensación de una iluminación súbita o insight. La técnica del input aleatorio es realmente simple: consiste en abrir un libro en una página seleccionada al azar y tomar nota de la primera palabra que veamos, o de prender el radio y registrar la primera palabra que escuchamos. La idea es ver cómo esa palabra puede relacionarse con el asunto que tratamos de resolver.
Aplica la técnica de input aleatorio siguiendo paso a paso las instrucciones:
Nos es útil cuando no podemos dar una respuesta a un problema y nos sentimos bloqueados, podemos traducir la situación a otra que no tenga importancia real para nosotros: es un poco como pensar metafóricamente o en términos de alguna analogía en donde quizá sí podamos producir una solución. El asunto es que cuando sólo estamos concentrados en el problema, quizá tengamos algunos bloqueos emocionales que nos impiden ver las soluciones.
Puede ser una estrategia muy divertida para darle solución a un problema de una forma creativa, consiste en asociar un sustantivo común (¿te acuerdas? Son los nombres de objetos o animales), con un verbo de acción.
Realiza la siguiente actividad para que te quede más claro:
El reto que te planteamos es el siguiente. Observa el primer número de dos dígitos que escogiste y ve a qué palabra de la primera columna corresponde el número de las decenas y a cuál de la segunda el número de las unidades. A partir de esas dos palabras debes generar un invento, algo que actualmente no exista. Por ejemplo, si anotaste 47 y resulta que en la primera columna tienes la palabra “sombrero” junto al número 4 y en la segunda columna tienes el verbo “ventilar” junto al 7, a lo mejor piensas en un sombrero que tenga un calado que puedas cerrar cuando haga frío o llueva y abrir con calor.
En el pedir está el dar dice el refrán, y en el planteamiento está la solución. Analiza los siguientes problemas y decide si tienen mayor probabilidad de tener una solución, tanto los de la columna A como los de la B:
¿Ya decidiste cuáles son más fáciles de solucionar? Seguramente concluiste que los de la columna B son más sencillos. Piensa por qué y cuando estés listo/a, presiona ¡ya lo tengo!
Los problemas de la segunda columna son más precisos, delimitan los aspectos críticos y apuntan a la solución, por lo que es mas fácil solucionarlos que cuando se plantean situaciones generales y algo etéreas como las de la primera columna. Sin embargo, todavía pueden elaborarse mejores planteamientos, lo que supone una probabilidad aún mayor de que el sujeto que los plantea tenga éxito.
Serie de Problemas:
Hay algunas recomendaciones adicionales que los psicólogos que practican la terapia breve recomiendan para plantear problemas en términos más resolubles.